La sociedad vive inmersa en la mentira absoluta.

-Derrida-

El “ruido de fondo” del blog de Antonio Orejudo y los comentarios en los blogs

Antonio OrejudoDesde hace años suelo revolotear por muchos blogs. No voy a decir que en ellos se encuentre el súmmum del conocimiento pero sí que pueden llegar a aportar datos que difícilmente llegan por otras fuentes. Entre otras cosas aprecio el intercambio de ideas e impresiones en un marco que, en lo posible, permita el tú a tú. Es verdad que en no pocas ocasiones los comentarios de los blogs son un nido de autobombo, polémicas fútiles, conversaciones sin sentido y demás asuntos bastardos. Pero también es cierto que cada persona tiene derecho a expresarse lo mejor que pueda y sepa sin que por ello sea discriminada. Kenny Neal, por ejemplo, parece tener claro este tema porque cuando le preguntan sobre lo más importante que le enseñó su padre no se refiere a lo que parece más obvio (la herencia musical) sino que, por el contrario, dice: “me enseñó que todo el mundo es alguien”.
Esto que acabo de decir viene a cuento porque hace unos días he ido a parar a un lugar en el que, para mi sorpresa, ya no soy alguien. Jamás he visto ningún otro blog en el que nada más llegar lo primero que se encuentre el visitante es un menosprecio y una indiferencia hacia lo que él pueda hacer allí. Veamos la cita que incluye Antonio Orejudo en el margen superior de su blog. El que se supone que está dedicado a la sección que suele ser el “acerca del autor”
“[…]Salvo excepciones. Yo no creo que los comentarios a un post constituyan una conversación, como suele decirse. Salvo que consideremos conversación las pintadas que rivalizan entre sí, contestándose unas a otras, en las puertas de los baños públicos. Para que un intercambio de mensajes se considere conversación tiene que haber una cierta igualdad entre los que hablan. Y aquí no la hay: ustedes saben quién soy yo. Hasta tienen mi foto ahí arriba. Pero yo no sé quiénes son ustedes. Sólo oigo un ruido de fondo.”
Tengo que reconocer que el texto, además de indignarme, me ha encantado. Me recuerda al mismo mecanismo con el que funciona el odio y gracias al cual una persona puede odiar a otra sin necesidad siquiera de conocerla. Pues, de parecida manera, Antonio puede menospreciar a toda persona, incluso antes de que se le ocurra comentar en su blog. Si atendemos a lo que aquí se dice habrá que entender que cualquier comentario que se haga empezará partiendo del nivel de “pintada en aseo público”. Esos lugares en los que ya desde los tiempos de la volcanizada Pompeya los seres humanos plasmamos de forma poco racional nuestras frustraciones, prejuicios, rabias, ganas de inmortalizarnos y demás necesidades variopintas.
Pero, ¡ay amigos!, podemos tener la fortuna de salir de ese pozo ignorancia que son las paredes de los váteres públicos o el hilo de comentarios del blog de Orejudo gracias a que todavía nos queda la oportunidad de que entre nuestros miserables garabatos consigamos dibujar una “Mona Lisa”, una frase al nivel de los aforismos de Wittgenstein o cualquier otra genialidad que capte la merecida atención de nuestro querido Orejudo. Entonces quizá lleguemos al excelso nivel de merecer estar incluidos en lo que él llama: “Salvo excepciones”.
Para comprender cómo hemos llegado a esta situación de no saber hacer nada más que garabatear como niños o escribir como discapacitados mentales (un saludo a todos los discapacitados) debemos de tener en cuenta si estamos o no convenientemente identificados: “[…] Para que un intercambio de mensajes se considere conversación tiene que haber una cierta igualdad entre los que hablan. Y aquí no la hay: ustedes saben quién soy yo. Hasta tienen mi foto ahí arriba. Pero yo no sé quiénes son ustedes. […]”. Así que ya sabéis, como ya os ha pasado en tantas instancias que habéis tenido que rellenar a lo largo de vuestra vida, aquí también se hace necesario enseñar una fotocopia del D.N.I. Así Antonio sabrá las identidades y los rostros de ese “ruido de fondo” que somos los demás para él. Quizá entonces las ideas que tengáis que proponer o queráis comunicar alcancen el suficiente valor como para tener la misma dignidad que las de Orejudo. De esta forma no acabaréis como esos infames anónimos que osaron escribir el “Lazarillo de Tormes”, el “Cantar de mío Cid”, o fruslerías por el estilo. Por mi parte, y para hacer honor a la gallardía de Orejudo (“Hasta tienen mi foto ahí arriba”, nos dice él) he puesto su imagen en el encabezamiento de este artículo para que nos ilumine con su ejemplo.
Pero no nos dejemos llevar por la pasión y asimilemos que, por mucho que uno quiera, nadie puede hacerlo completamente bien ni completamente mal. Orejudo es tan humano como cualquiera de nosotros. ¡Hasta Hitler era humano! Para ser justos hay que decir que no es que Antonio se dedique a mostrarse indiferente hacia todo anónimo, me consta que hay ocasiones en las que ha prestado atención hacia estos viles seres e, incluso, ha sabido aceptar críticas hacia su persona. ¿Entonces por qué Antonio ha llegado a escribir en un lugar tan relevante del blog semejante cita?, ¿por qué?, ¿quizá por inconsciencia?.
Sabía que Orejudo existía pero, la verdad, no conocía gran cosa de él. Me he tomado un rato en ojear el blog, y otro en ver la pinta que tiene mediante YouTube, para saber cómo respira la persona que ha sabido menospreciarme de una forma tan magnífica. Así, a base de reunir pequeñas pistas, he creído llegar (atrevido de mí) a unas cuantas conclusiones.
Teniendo en cuenta las alusiones que Antonio hace sobre artículos de Attac, que publica en El País , que es invitado por la SER, que es columnista de Público y un etcétera semejante, cabría sospechar que nos encontramos ante una persona simpatizante de la izquierda (también es verdad que ha estado vinculado a medios de “derechas”). El problema de la mayor parte de la izquierda española es que es más “progre” que verdadera izquierda. Así que de boquita todos somos muy rojos pero a la hora de la verdad, cada uno vigila que su trasero esté bien acomodado y su cuenta bancaria lo mayor repleta posible. Eso sí, a las “manifas” contra la guerra de lo que sea vamos en seguida y sentimos profundamente la causa. Con un panorama así no es de extrañar que los izquierdistas se conviertan en izquierdosos (para Antonio supuestos izquierdistas) y que lo que una vez fue el socialismo se tenga hoy por trasnochado. Veamos lo que nos cuenta Antonio en su blog: “El comunismo ha dejado de ser comunista, el capitalismo financiero ya no puede ser analizado con las herramientas del viejo Marx […]”. ¡Impresionante! Esta noche ya podré dormir tranquilo. Y, por favor, el que quiera más explicaciones que vaya a ver el resto del artículo porque son tres párrafos (19 iluminadas líneas) que permiten comprender la dinámica del capitalismo, que el comunismo es para fracasados trasnochados y que hay que ser prácticos en la vida. Un artículo que justifica tan bien las afirmaciones que se atreve a hacer sólo puede ser superado por el artículo de Jaime Nubiola. Nubiola, profesor de la universidad de Navarra y uno de los principales especialistas patrios en Charles Sanders Peirce (véase pragmatismo), se despacha igual de alegremente respecto a las doctrinas del “viejo Marx”. La diferencia es que Nubiola, merced a su vinculación a la más rancia y derechista órbita de la Iglesia Católica, ataca más por el lado religioso. Según él el cristianismo es “alegre” y las doctrinas de Marx para amargados fuera de la realidad. “Quienes han sido marxistas deberían quizá dedicar su esfuerzo a intentar comprender cómo fueron captados por esa siniestra ideología —que es ahora una pieza de museo— en vez de empeñarse en persuadirnos de que tenían razón al menos en su hostilidad a la religión […]”. Por favor, si alguien os dice que es “Doctor” en algo empezad a desconfiar.
Volviendo con Orejudo, lo que más me ha molestado de lo poco que sé de él es la continua jerarquización que se empeña en hacer de las cosas. Como él mismo dice en el vídeo, las personas que él forma en la facultad de Almería no acabarán siendo filólogos, sino que la mayor parte serán profesores de enseñanza básica. Así pues propone que la Universidad se centre en producir profesores de enseñanza básica que sean útiles al sistema (de nuevo el mismo “pragmatismo” del artículo de las 19 líneas en el que nos invitaba pactar con el demonio si ello nos convenía). Pero, no. No, Antonio. La Universidad no es para formar elementos productivos para el sistema. Debe de estar para formar personas. Después ya se las tendrá que apañar el sistema si quiere sacarles provecho. El fin está en los individuos, no en el sistema. Esta maniática jerarquización de la realidad también aparece en su repetición de que Almería es la periferia (mentalidad tristemente frecuente en muchos madrileños como él) y seguramente es la misma idea que le ha llevado a calificar a sus posibles comentaristas como el famoso “ruido de fondo”.

16 comentarios:

Martín López dijo...

Pues no haga Vd. caso de los guantes arrojados.

Misántropo dijo...

Desde luego me iría mejor. A veces me pregunto cómo es que soy de los pocos que acaban metidos en estos berenjenales.

Pero, piense usted. Antiguamente se arrojaba un guante a la cara si se pretendía desafiar a alguien en duelo. Recogerlo era malo porque te obligaba a arriesgar la vida. No recogerlo también era malo porque terminabas humillado. El que aquí reciba el guantazo en la intimidad de mi casa no cambia demasiado las cosas. Los demás pueden no enterarse, pero yo sí.

Lola Mariné dijo...

Lo que no entiendo es por qué habre un blog el Ser Orejudo...
Saludos

Misántropo dijo...

En su blog dice: "Iré colgando aquí las columnas que publico los sábados en el diario."

Imagino que será consciente de que los periódicos en papel pierden relevancia en beneficio de los digitales y querrá seguir siendo leído. Además también está la posibilidad de que te lean en otros países, etc...

Puestos a no entender lo que yo no entiendo es por qué deja abiertos los comentarios. Podría cerrarlos y se acabó el problema. Vista la forma en que se muestra no parece preocuparle lo que los demás tengan que decir.

Saludos.

Dizdira Zalakain dijo...

Ya conocía algo a Orejudo como tertuliano de la SER y digo "conocía" porque ya no aguanto esta emisora ni siquiera para informarme acerca de lo que opina la supuesta izquierda española. En estas tertulias me pareció un pan sin sal, muy atento a cubrir el flanco izquierdo del elenco de opinadores a sueldo, pero sin cruzar jamás la raya que le impone el medio que le paga. Y quizá ese sea el problema: que Orejudo no ha concebido un blog como tal sino un sitio donde colgar a posteriori artículos que ha publicado en un medio que, por lógica, tiene mayor difusión que el propio blog. Parece claro que escribir un blog no es algo que en realidad le interese: muy probablemente mantenerlo forme parte del contrato con el grupo mediático que promociona sus novelas y que lo ha contratado como opinador oficial. Su misión en este ámbito "profesional" es no decir nada que perturbe a los consejeros delegados de Público y supongo que le trae al fresco la opinión de los comentaristas de su blog.
Con respecto a la supuesta situación de debiblidad del que da su identidad frente al anonimato de los comentaristas, me parece un mero recurso retórico para justificar lo que de verdad ocurre. En vez de decir abiertamente: "Mirad: tengo cosas más interesantes y lucrativas que hacer que debatir con unos cuantos pringaos" se inventa esa chorrada. Ahora va a resultar que ser -relativamente- famoso es una situación de debilidad en un debate. Eso es dar la vuelta a la realidad mediante argumentos absurdos. Desde luego, la posible vulnerabilidad que provoca esta situación queda sobradamente compensada con el hecho de que el blog es suyo y puede censurar lo que desee. Otra cosa es que no le compense perder tiempo en semejante tarea. Me imagino que la posteridad exige a los genios no perder el tiempo en tales fruslerías.
En cualquier caso, entre lo que yo sabía sobre él por haberle escuchado en la SER, lo que tú cuentas y las píldoritas de lugares comunes que veo que constituyen su blog, que no deja de ser la papelera virtual en la que se va almacenando lo que escribe a suedocada semana, no parece que merezca la pena perder el tiempo con ese blog, aunque no tuviera esa inscripción tan despreciativa de bienvenida.
Hay miles de blogs más interesantes. Y nosotros, los que no somos tertulianos ni escritores promocionados, tampoco tenemos todo el tiempo del mundo para perderlo leyendo pamplinas.
Saludos.

Misántropo dijo...

Sí. Obviamente la cita de Orejudo es un intento de racionalización con la que ha pretendido autojustificarse a sí mismo. Ya desde fuera pueden calcularse algunos motivos. Para saber todos sería cosa de llevarlo a un psicólogo competente o de que él se propusiese afrontar sus propias mentiras. En parte por eso me explayé tanto en el final del artículo. Para demostrar que su cita responde más a una extensión ideológica de sus propios prejuicios que a un fin justificado. De hecho él podría no haber puesto nada, comportarse de idéntica manera y no hubiese sucedido nada que lo diferenciase de muchos otros blogs. Pero ha preferido intentar resolver de alguna manera sus propios conflictos aunque sea a costa de faltarles al respeto a sus propios lectores. Imagino que ni es consciente de lo que hace, ni le importa gran cosa comportarse con deferencia hacia los demás.

También es claro que tener un blog no le interesa. Seguramente le importe publicar lo que escribe y ser leído, pero no recibir réplicas bajo el formato que permite un blog. Lo que sucede es que, hoy en día, el medio más extendido para publicar en internet es el formato de blog. Hacerlo bajo una web estática supone muchas menos visitas. De hecho, cerrar la posibilidad de los comentarios también acaba por reducir el número de visitas. Quizá por ello “Público” pueda preferir que sus blogs tengan la posibilidad de ser comentados.

Ya que lo mencionas lo que a mí siempre me ha hecho gracia de los blogs ligados a otras plataformas más grandes (diarios, webs, etc…) es en qué posición puedes quedar si muerdes la mano que te alimenta. Es decir, difícilmente podrás criticar al que te permite el alojamiento o a su línea de intereses. Imagino que es el precio por recibir muchos lectores que no se conseguirían de otra forma. He visto blogs que se publican a la vez bajo dominios de páginas conocidas y bajo un formato accesible a cualquiera (Wordpress, Blogger, etc...) y hay una diferencia abismal en la cantidad de lectores. Algo que pone bien claro que somos como borreguitos ya que atendemos a lo que nos presentan como interesante.

Saludos

Lectora dijo...

Misántropo, mi opinión es que estás tan centrado en tu susceptibilidad herida que eso no te permite ver lo que siente el otro.
Una cosa es lo que la gente dice y otra es lo que piensa, y lo segundo puede averiguarse básicamente mediante lo que hace.

Es decir, dice que no le interesan los comentarios, y sin embargo mantiene esa opción.
Habla como si fuera alguien como Pére-Reverte que recibe 400 comentarios al día y se enfrentase a un arduo trabajo de lectura, cuando puede verse que recibe cuatro o seis cada vez, descuenta a la familia.

Además es lógico que los columnistas no anden contestando a todo el mundo, no por ínfulas, sencillamente por una cuestión práctica, eso no necesita especificarse.

Mi conclusión es que este señor desea como pocas cosas en la vida que alguien le lea y le comente, lo desea en la misma medida en que teme ver críticas razonables, y con su actitud solo pretende conjurar el miedo a no recibir un maldito comentario.
Si no comentan es porque yo así lo quiero, se preocupa de dejarlo claro.

La gente que va de prepotente muchas veces solo busca esconder su debilidad, prefiere ganarse la antipatía antes que la compasión.

Un verdadero prepotente lo que haría sería dorar la píldora al lector y luego no hacerle ni puto caso, al menos este avisa, lo cual implica un mínimo de decencia.

Misántropo dijo...

Sonja.

En el fondo la opinión de cada uno respecto a estos temas depende fundamentalmente de su sensibilidad. Es decir, si a alguien le molesta que le insulten en la cara terminará reaccionando aunque esta vez provenga de un sitio más inusual (un blog) y sea referido junto a una multitud de gente (el resto de los visitantes), si no le molesta no reaccionará.

La intención habitual de las personas cuya sensibilidad no se siente ofendida suele ser la “matar al mensajero” para acabar con el mensaje. Es decir, en lugar de pensar que su sensibilidad no tiene por qué ser la única ni la más acertada, se acaba por menoscabar opiniones que provienen de otra forma de sentir la realidad. Por ejemplo, el primer comentarista está, a mi modo de ver, en la más inocente de estas circunstancias. Aunque juzga que lo que ha dicho Orejudo es ofensivo (o, al menos, es lo que yo creo deducir), recomienda ignorar la ofensa. Posiblemente porque, a su modo de ver, no le parezca muy grave y seguramente no le suscite más que indiferencia.

Precisamente el que las personas tengamos sensibilidades distintas es una de las cosas que me interesan de los blogs. No puedo comparar mi forma de juzgar si sólo me miro a mí mismo. Por eso, entre otras cosas, agradezco las opiniones de los demás. Especialmente si son disconformes y se justifican. De todas formas, todavía no veo motivos para cambiar de parecer en este caso. Quizá sea más cabezón de lo que pensaba.

(sigue...)

Misántropo dijo...

(...continuación)

Yo sí creo que las personas debemos de ser consecuentes con lo que pensamos. Uno es lo que hace y lo que dice. En caso de no mantener esta adecuación comenzamos a estar escindidos y nada bueno puede salir desde ahí. Si tomamos al pie de la letra sus palabras creo que ya ha quedado claro que Orejudo ofende a toda persona que cae en su página. Teniendo en cuenta que se supone que es un filólogo (algo en lo que él mismo se diferencia de la inmensa mayoría de sus alumnos) y escritor, no debería de haber nadie más apropiado que alguien de su clase para expresarse con claridad (al menos así sería la teoría). Pero, partamos de tu supuesto de que su equivocación proviene sólo de sus palabras y de que se redime por la acción. El que no le interesen los comentarios y los mantenga puede responder tanto a una política de Público (que es el verdadero propietario del alojamiento del blog), a la necesidad de no perder visitas (ya he comentado que los blogs sin posibilidad de hacer comentarios siempre pierden visitantes), como a otra gama de posibilidades del mismo estilo que son igual de verosímiles. Pérez Reverte no modera los comentarios de su blog, ya tiene a gente que se encarga de ello. Entre otras cosas porque son una infinidad de comentarios y además, si no recuerdo mal, permite hacer comentarios “anónimos”. En el blog de Orejudo los comentarios son forzosamente para las personas registradas, con lo que por un lado aparentemente se puede comentar y por otro no es tal fácil hacerlo. Tampoco espero que alguien que haga un blog se dedique a contestar a cada persona, lo que sí me parece de mínimos es que no desprecie a casi todos sus comentaristas. La prepotencia de Orejudo, a mi modo de ver, nace más de su ignorancia y de su desconsideración hacia los demás que de otro motivo. Aunque, es verdad que no es tan fácil saber las motivaciones claras de los comportamientos de las personas, creo que su actitud es la misma (anteriormente intenté explicarla) con la que generalmente tiende a jerarquizar a los demás o a lo demás (Almería en la periferia, los estudiantes que serán sólo profesores que deben de ser productivos para el sistema, etc…). Es decir, que él ve la realidad así y consecuentemente se queda tan ancho de soltar algo en la misma línea para referirse a sus comentaristas.

Dejando aparte el tema. No es que quiera quedarme contigo, o decir algo en un tono machista, pero te ha quedado muy bien la foto que tienes ahora en tu perfil (supongo que eres tú). Me gusta mucho esa clase de recogidos de pelo y también las personas que miran desde las casas hacia otro lugar. Yo tengo más debilidad hacia las imágenes de personas que miran por las ventanas (más que nada por lo que significa de “saltar” hacia otra realidad), pero con un balcón tampoco queda mal.

Saludos

emejota dijo...

Ya veo ya las habas que se están cociendo. Gracias al paso de los años y el subsiguiente debilitamiento general confieso abiertamente que no conozco al tal señor, que el ruido de fondo de la mayoría de las tertulias políticas me molestan de tan manidas. Que este lugar empieza a resultar un aburrimiento y que por esa razón seguramente abunden personajes como el que nos presentas.
Nunca le he escuchado, si alguna vez lo hice no me percaté y si me percatara seguramente lo pasara por alto.
Uno se define al escribir/hablar, no mediante las palabras que emite sino mediante el ritmo interno que les imprime. Me parece, pero tampoco estoy segura, lo mejor de todo es que si la estructura que nos mantiene reventara y se nos llevara por delante tampoco se perdería gran cosa. Visto lo visto.
Estas seguramente resulten palabras pesimistas de vieja, pero qué le vamos a hacer, una de tantas hormigas parlantes. Un fuerte abrazo.

Lectora dijo...

Gracias Misántropo, sí la de la foto soy yo.
Por cierto, desde luego que cada uno es alguien, en tu caso eres el primer seguidor que tuve y eso no se olvida, pensaba que te habías esfumado, me alegro que sigas en la brecha.

Misántropo dijo...

Emejota:

No creas que eres la única. A mí tampoco me importaría demasiado que todo saltase por los aires. Si el árbol crece torcido difícilmente se enderezará de otro modo.

Sonja:

Es este tema mi problema es que el blog está para mí y no yo para el blog. Debería publicar de forma más regular, pero lo acabo haciendo sólo las veces que me apetece.

Saludos para ambas

lescumadeldia dijo...

Personalmente me parece uno de los mejores escritores nacionales. Os recomiendo dejar los prejuicios fuera y adentraros en sus "Ventajas de viajar en tren" , "Fabulosas narraciones.." o "Reconstrucción", nuevo, fresco, ciertamente irreverente en ocasiones.

Rebeca dijo...

buena froma de pensar..y buen blog..

Anónimo dijo...

Hola, también me considero misantropa, y por lo poco que he leido el Orejudo es de esos que se creen por encima de los demas, de los que cree que su mierda huele mejor que la del resto, y eso ya me asquea de entrada.

PD. Con todo el rollo del 15M mi misantropia se dispara por segundos.

Anónimo dijo...

Cuando llegué a ese "momento de dscanso" de Cifuentes, en lugar de a la Universidad española, la cabeza se me iba a la Justicia española. La cara de Cifuentes se convirtió en la del juez Gómez Bermúdez. Lo ví enterrando en 11-m a cambio de un momento de descanso. Ya, ya, ya sé que ésto para tí no son mas que paparruchas. En fín.