La sociedad vive inmersa en la mentira absoluta.

-Derrida-

La "fauna" de los gimnasios: ¿Máquinas de entrenamiento para qué?

Chulo de gimnasio
Por estas fechas en las que se que se acerca el verano (al menos en el hemisferio norte) mucha gente comienza a tomar conciencia de que no les va a gustar dejarse ver con el cuerpo que han arrastrado durante el invierno. Entonces una pléyade de hombres y mujeres se dirigen con inquietud hacia los gimnasios buscando la solución a sus problemas. Afortunadamente esto suele ser para ellos algo pasajero. La realidad (hay que esforzarse demasiado), verle las orejas al lobo demasiado tarde (no se puede poner uno en forma en dos días), o que felizmente el verano termina y es tiempo de volver a cubrir el cuerpo, acaban por volver a poner en el sitio de partida a la mayoría de los que así acuden.
Luego hay otro grupo de gente que es más reincidente. Permanecen durante largos períodos en los gimnasios por los motivos más diversos. Veamos la tipología de algunos de los elementos más representativos:
-“El chulo de playa”: Un clásico. Ningún gimnasio puede existir sin alguien de esta especie. Aunque su denominación más conocida sea esta hay tantas variantes como lugares para chulear. Chulo de playa, chulo discotequero, chulo ligón, etc.. Lo que une a todos los chulos es que necesitan exhibirse y sin el cuerpo no son nadie, aunque luego no suelan querer admitirlo. Para excusarse se usan argumentos del tipo “no, si yo vengo al gimnasio porque me gusta estar en forma” o cualquier razonamiento por el estilo.
Como he dicho los chulos de playa necesitan un lugar para exhibirse. ¿Qué sería de sus logros sin terminasen el olvido?. Así que en cuanto comienzas una conversación con él no te pregunta a qué te dedicas o si tienes problemas metafísicos. Lo primero que te suele preguntar es: ¿a que playa vas? (si hay suerte es la segunda pregunta). Una vez hecha esta pregunta o un comentario similar tenemos la indicación de que lo podemos mandar directamente a la hoguera. Algo así como si se bajase los pantalones esperando un punta pie. De cualquier manera generalmente no hace falta entrar en conversación para darse cuenta. Los espejos, que en los gimnasios deberían de usarse para corregir los ejercicios, son el blanco fácil para que se delaten las distintas variantes de chulo.
La foto del principio es completa y totalmente real. Un claro ejemplo de cómo se presenta en sociedad uno de esta especie.
-“La veinteañera cazanovios”. Las chicas, que dicho de paso no son menos que los chicos, llegan a un momento en el que se dan cuenta que están en edad de merecer y no pueden seguir despilfarrando su precioso tiempo. Esto suele unirse a una deformación de gustarse como mujer que se viene labrando durante años atrás. Todo termina convergiendo y proporcionando unas energías desesperadas a la veinteañera cazanovios para no faltar ni un solo día al gimnasio. Al igual que el chulo de playa necesita un buen cuerpo para estar cotizada en el mercado y sacar así partido a sus aspiraciones.
-El “animalito”. Antes de nada que me perdonen los animales no se merecen una comparación tan desafortunada. Pero como este texto debería de ser leído nada más que por humanos aceptaremos el término. El “animalito” es un ser (generalmente de sexo masculino) poco reflexivo que se deja guiar por impulsos. ¿Qué le dicen sus impulsos?, le dicen que para conseguir afirmarse en la vida necesita hacer cuanta más fuerza mejor. Haciendo más series que nadie puede demostrar que es el más fuerte, que es más hombre que nadie y que por lo tanto podrá ser respetado y las churris se derretirán por él. Una forma curiosa de afirmarse en la vida a base hacer fuerza sin que haya nada más allá.
-“El macarra barato”. Esta variante ya depende del estatus socio-económico del gimnasio en cuestión. Evidentemente si el dueño es medianamente inteligente no le va a convenir que se le empiecen a colar “macarras” en su gimnasio si pretende mantener un mínimo de orden (tienden a ser conflictivos) o si pretende que el resto de los clientes no le salgan volando. El macarra barato simplemente es un busca líos por el placer de la violencia o para satisfacer su ego.
-“Las cotorras”. Aunque suelen ser de sexo femenino siempre hay alguien del otro sexo que se le acerca por motivos variados, el puro cotorreo, ver si “cae” algo, etc. Las cotorras suelen anidar en lo que en teoría son lugares de descanso y en la práctica se convierten en clubs sociales. Las cotorras suelen pasar allí largos ratos, a menudo más que haciendo el ejercicio que se supone que van a hacen el gimnasio. De vez en cuando son observadas por el dueño del gimnasio que se regodea con la gran inteligencia que tuvo para plantar cuatro sillas y una mesa en aquel sitio.
-El “bala perdida”. Alguien que va completamente por libre. Aparece y desaparece por el gimnasio sin que se le conozca relación con el resto de la gente que por allí pasa. Dentro de este tipo se puede encontrar el típico “rolero” (en ocasiones con mp3 portátil incluido para mantener su autismo), gente que ya de por sí no hace mucha vida social, etc..
-Los “ligones”. Aquel amplio grupo que usa el gimnasio pensando primordialmente en encontrar pareja. Se puede acercar con cualquier pretexto o pregunta estúpida del tipo ¡Que bonita camiseta! ¿Qué significa?. Este grupo además tiende a estar fusionado con otros, apareciendo mutantes del tipo: chulo-ligón, animalito-ligón, etc…
Lo sorprendente de estos tipos es que configuran un espectro muy amplio del global de personas que acuden a los gimnasios. Aunque desde luego hay gente “normal” por esos lugares, parece que suelen ser los menos. Muchas veces, después de estar un rato largo en el gimnasio, miro alrededor y pienso si es que la humanidad la forman exclusivamente gente que está en la veintena. Igual ya nacen con veinte años y desaparecen en el mismo momento que cumplen los treinta. Es la explicación que veo más plausible.

Nota: La imagen corresponde a una foto completa y real de la imagen de presentación de un chico en un foro. El único cambio es que aquí se presenta en blanco y negro.

9 comentarios:

emejota dijo...

Mi hijo menor, acude con regularidad al gimnasio, está como dirían las chavalas de ahora, buenísimo, al margen de la materia prima, pero lo hace por sentirse bien y en forma, me imagino que crear tanta endorfina mediante el ejercicio le hace sentirse más feliz. Ahora es mi "coach" (menudo término tan bobo) de natación.
Del resto del post poco puedo comentar, estos tipos han existido siempre y ese no es mi mundo, ni muchos otros tampoco. Un abrazo.

Dizdira Zalakain dijo...

Qué bueno. cuando te pones con las tipologías sociales me parto de risa. No frecuento los gimnasios; solo estuve una temporada bailando gym-jazz y danza del vientre pero ahí solo íbamos chicas y la variedad tipológica se reduce bastante. Sin embargo, me estoy imaginando perfectamente a los tipos que describes.
La foto me ha dejado sin palabras. Debo ser una marciana pero a mí se me presenta con ese avatar un posible ligue y... me borro del foro.
En fin, un artículo genial.
A ver si sigues en esta onda que me encanta.

. dijo...

emejota:

Yo también he ido mucho a varios gimnasios. No sé si doy la impresión pero en realidad no pretendo demonizar esta clase de deporte. Lo que sucede es que tiene sus peculiaridades. He hecho otros deportes y te aseguro que en ningún otro lado como en un gimnasio me he encontrado tanta gente tan vanidosa. Creo que es la metalidad narcisista actual la que lo propicia. Además hay que tener en cuenta que haciendo natación (por decir algo) te va a costar 20 veces más aparentar por fuera la forma física que lo que puedes conseguir en un gimnasio.

Dizdira:

Es que los gimasio suelen tener varias secciones. En la aerobic, por ejemplo, no hay tanta podredumbre moral. Más que nada porque el ejercicio cardio-vascular sirve poco para "chulear".

La foto no es ninguna excepción. A poco que te des cuenta te aparece alguno usando los espejos (que en teoría son para corregir ejercicios) para ver si se le marcan ya los abdominales. Tiene su gracia la poca vergüenza que tiene mucha gente porque muchos se levantan la camisa para mirarse sin ningún pudor.

Gracias y saludos para ambas.

Víctor Galdón dijo...

Creo recordar haber hablado contigo (aaaaaaaños ha) de los que se ayudan con "cosillas raras" para "inflar" más rápidamente, que creo formarían un subgrupo tan interesante como triste.

Víctor

. dijo...

Sí. Pienso que todas estas cosas son reflejo de la sociedad. Es como Berlusconi. Lo malo no es que exista gente como él, lo peor son los millones que lo apoyan.

Un abrazo.

Kurtz75 dijo...

Yo creo que entro la categoría de "bala perdida" por lo que hago, y en las de "chulo de playa", "animalito" y "ligón" por lo que me gustaría hacer.

Lo malo de estar "vacío" por dentro, es decir, sin aspiraciones que te convenzan, es que en realidad no estás vacío: te rellenas de tus miserias.

Myrna dijo...

Yo he ido a varios gimnasios y doy fe de todo lo que dices.De hecho,diría que te has quedado corto.Yo era una bala perdida...Incluso hacía bicicleta mientras leía un libro.Después me compré una bicicleta para mi casa y unas pesas,y así no tengo que desplazarme y encima estar rodeada de insustanciales...

Anónimo dijo...

Si estan todos, esos, que es la gente que va por modas a los gimnasios, y luego esta, la gente que tiene pasion por esto Fisicoculturistas, Powerlifters, Strongman, y en definitiva, cualquier atleta, que quiera mejorar su rendimiento deportivo. En los gimnasios tambien hay gente seria.

Anónimo dijo...

Voy al Gimnasio. Estoy totalmente de acuerdo. Hay menos neuronas que en un muerto. Yo soy algo narcisista. Me dejo ver un poco cuando se me hinchan los morcillones de mis brazos, pero poco mas. Suelo ser discreto. Abundan los ligones y los que se creen superhombres y vacilan levantando más que tu.