El conflicto, que suele percibirse socialmente como algo negativo y a eludir, es, por el contrario, algo inherente a la condición humana. Heráclito cuando decía aquello de que “conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y que la justicia es discordia” también supo captar esta faceta del ser humano y comprender que la dimensión existencial del orden de cosas responde a un patrón similar. Por eso rehuir los conflictos necesarios no supone más que una renuncia a lo inevitable.
Aunque este abandono puede ser por muchos motivos, frecuentemente es motivado por negaciones. Conformismo, cobardía, etc… Hay una infinidad de caminos para negarse. También hay otra vías como las que utiliza habitualmente el poder establecido para legitimarse. Éste suele propugnar el argumento de que el conflicto es malo amparándose en lo repulsivo que resulta a primera vista y que por lo tanto debe de prevalecer la paz, es decir, el orden establecido. Lo que sucede en realidad es que lógicamente al poder no le interesa el conflicto porque le supone problemas en cuanto a perder el status que ha conseguido.
Dejando aparte otros orígenes bastardos de los conflictos (que desgraciadamente son los más habituales) éste está tan arraigado en la naturaleza humana que parece que si no existen el ser humano los busca. Esta es la explicación de que en tantos deportes se exprese una absurda y casi siempre no motivada rivalidad de una ciudad con su vecina. En este caso la persona necesita algo a lo que oponerse para poder afirmarse pero también este conflicto le pone en contacto con esta faceta de la esencia humana. El problema es que aquí lo hace de una forma espuria ya que los conflictos deben buscarse en las injusticias y no adjudicarse a cualquier cosa sin más motivo de que apetece tenerlo.
Aceptar el conflicto es algo sano que nos pone en contacto con nosotros mismos y nos impide asimilar el orden de cosas que el poder pretende imponer de forma silenciosa. Debemos evitar llevarnos bien con el poder mientras siga adoctrinándonos con las mentiras que le conviene. Podría decirse algo así como… “¿Por qué vamos a ser amigos si me engañas?. No, no quiero amistad en estas condiciones. Habrá enfrentamiento hasta que no deje de haber engaño.”
Este tema me ha vuelto a la cabeza después de ver un comentario aquí. El comentario no es mío pero me ha hecho sentir una sensación de liberación el ver que alguien dice algo que, pese a lo subterráneo del tema, creo que era más que evidente. Hace referencia a una crítica sobre Murakami por parte del autor de ese blog y de paso aprovecha para hablar de otro tema que podría describirse como anexo. Dice así el comentario: “Hermano, para ser breve: si te aburre Murakami, imaginate el espeso sopor -de noche o de día- que causais la llamada literatura after/marketing pop nocilla y todo eso. ¡Dios mio! Un poco de autocritica y menos autobombo. Que os estais pajilleando los unos a los otros todo el día: VILAS --> MORA--> PORTA ---> MALLO --> MALLO ---> MALLO ... “. Dejando aparte los lugares comunes y censurables en los que habitualmente suelen caer los críticos, este comentarista ha sabido ver una curiosa situación. Por una parte la de verse a uno mismo con manga ancha para despreciar el trabajo de los demás (sin ir más lejos Murakami o Saramago en la entrada del comentario) y por otra la defensa a ultranza del grupo de poder al que se pertenece. Llama pues la atención que en el blog de Mallo aparezcan tantas “críticas” de sus amistades (sin ir más lejos la entrada más reciente) pese a lo reacio que se ha declarado Mallo a contestar a las críticas. No las contesta, pero las usa y usa las que más le interesan. Ojeando un poco el blog de Vilas podemos empezar a sospechar lo “desinteresado” que puede estar su comentario cuando en la entrada anterior a su "crítica" ya se les ve juntos en la foto.
Nota: La imagen es un fragmento de la portada del disco de Backyard Babies “Making enemies is good”.
Aunque este abandono puede ser por muchos motivos, frecuentemente es motivado por negaciones. Conformismo, cobardía, etc… Hay una infinidad de caminos para negarse. También hay otra vías como las que utiliza habitualmente el poder establecido para legitimarse. Éste suele propugnar el argumento de que el conflicto es malo amparándose en lo repulsivo que resulta a primera vista y que por lo tanto debe de prevalecer la paz, es decir, el orden establecido. Lo que sucede en realidad es que lógicamente al poder no le interesa el conflicto porque le supone problemas en cuanto a perder el status que ha conseguido.
Dejando aparte otros orígenes bastardos de los conflictos (que desgraciadamente son los más habituales) éste está tan arraigado en la naturaleza humana que parece que si no existen el ser humano los busca. Esta es la explicación de que en tantos deportes se exprese una absurda y casi siempre no motivada rivalidad de una ciudad con su vecina. En este caso la persona necesita algo a lo que oponerse para poder afirmarse pero también este conflicto le pone en contacto con esta faceta de la esencia humana. El problema es que aquí lo hace de una forma espuria ya que los conflictos deben buscarse en las injusticias y no adjudicarse a cualquier cosa sin más motivo de que apetece tenerlo.
Aceptar el conflicto es algo sano que nos pone en contacto con nosotros mismos y nos impide asimilar el orden de cosas que el poder pretende imponer de forma silenciosa. Debemos evitar llevarnos bien con el poder mientras siga adoctrinándonos con las mentiras que le conviene. Podría decirse algo así como… “¿Por qué vamos a ser amigos si me engañas?. No, no quiero amistad en estas condiciones. Habrá enfrentamiento hasta que no deje de haber engaño.”
Este tema me ha vuelto a la cabeza después de ver un comentario aquí. El comentario no es mío pero me ha hecho sentir una sensación de liberación el ver que alguien dice algo que, pese a lo subterráneo del tema, creo que era más que evidente. Hace referencia a una crítica sobre Murakami por parte del autor de ese blog y de paso aprovecha para hablar de otro tema que podría describirse como anexo. Dice así el comentario: “Hermano, para ser breve: si te aburre Murakami, imaginate el espeso sopor -de noche o de día- que causais la llamada literatura after/marketing pop nocilla y todo eso. ¡Dios mio! Un poco de autocritica y menos autobombo. Que os estais pajilleando los unos a los otros todo el día: VILAS --> MORA--> PORTA ---> MALLO --> MALLO ---> MALLO ... “. Dejando aparte los lugares comunes y censurables en los que habitualmente suelen caer los críticos, este comentarista ha sabido ver una curiosa situación. Por una parte la de verse a uno mismo con manga ancha para despreciar el trabajo de los demás (sin ir más lejos Murakami o Saramago en la entrada del comentario) y por otra la defensa a ultranza del grupo de poder al que se pertenece. Llama pues la atención que en el blog de Mallo aparezcan tantas “críticas” de sus amistades (sin ir más lejos la entrada más reciente) pese a lo reacio que se ha declarado Mallo a contestar a las críticas. No las contesta, pero las usa y usa las que más le interesan. Ojeando un poco el blog de Vilas podemos empezar a sospechar lo “desinteresado” que puede estar su comentario cuando en la entrada anterior a su "crítica" ya se les ve juntos en la foto.
Nota: La imagen es un fragmento de la portada del disco de Backyard Babies “Making enemies is good”.
4 comentarios:
Perdón por el comentario anterior, no había llegado a esta entrada... veo que ya estás al tanto. Pero cuatro ojos ven más que dos, normalmente. A no ser que publiquen en la misma editorial, claro.
Nada que perdonar. Siempre se agradece cualquier información.
Un saludo
Hace bastante que quería terminar de leer esta entrada y recién pude (esas imposiciones del tiempo llegan en los momentos menos adecuados, Ley de Murphy). En verdad me dejó pensando un rato, la definición de "amigos" y "enemigos" es en realidad algo muy curioso; poniendo sólo un ejemplo, a tus amigos les dejas hacer cosas que harían que odies más a tus enemigos, y los aprecias más por eso. En verdad es un tema curioso.
Saludos (¿amicales?).
Hola Unkind
No acabo de comprender a qué te refieres con lo de "a tus amigos les dejas hacer cosas que harían que odies más a tus enemigos, y los aprecias más por eso.".
Saludos amicales ;)
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