
Hoy en día ya he comprendido que el lenguaje se ensucia o se maltrata a gusto, no es algo inmutable. A menudo se me deforman las palabras (eso si directamente no me las cargo yo mismo) hasta el punto de que tengo que evitar usarlas. También alguna vez me tengo metido yo solito en un círculo vicioso de palabras podridas sin encontrar salida. Gramaticalmente todo me resultaba incoherente y después de estar constantemente revisando diccionarios y similares hasta cerciorarme de que encontraba las palabras adecuadas terminaba por estar asqueado aunque fuesen las correctas. El problema es que el lenguaje hace falta para vivir y con tanto repudio eliminaba tantas palabras que apenas me dejaba margen para hablar o para pensar. Recuerdo un actor que hablaba de algo parecido porque decía que terminó odiándose a sí mismo por actuar hasta que tuvo que dejarlo. En mi caso afortunadamente la estupidez llegó al rescate y pude olvidarme del tema. Ahora puedo decir los disparates más grandes y me quedo tan tranquilo. Tiene sus ventajas la idiotez.
2 comentarios:
Yo heredé de una buena amiga fobia por la palabra eclosión. es oirla y me imagino a millones de huevos de insecto dando a luz...
El lenguaje es como todo, un juego, en este caso un juego de palabras...y de vez en cuando se dice algo con sentido.
Yo también lo veo así. Y ya hay bastante suerte cuando sale algo con sentido.
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